El pasado jueves 5 de mayo finalizaron las jornadas que bajo el nombre Quo Vadis Europa, ha intentado conectar con la ciudadanía en las grandes cuestiones que afectan al proyecto de construcción europea en su línea de flotación: los valores.
Europa vive una crisis de valores sin precedentes, que desconcierta a su ciudadanía, que la indigna. Una crisis económica que no termina, bien acomodada en un neoliberalismo feroz que rompe absolutamente todos los esquemas que inspiraron este proyecto. Una reacción indignante y vergonzosa ante la afluencia de personas que huyen de la guerra y la desesperación. Y una demanda velada pero creciente desde la ciudadanía de hacer algo.
No reconocemos esta Europa. No reconocemos sus instituciones, sus gobernantes. Un cuerpo de peleles insensatos e indolentes frente a un mercado convertido en zoco. Una mancha que emborrona de forma indeleble todos los logros, todo aquello que allá en los años cincuenta…
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