VIII Edición del Día de Europa en Getxo. La crónica


El pasado martes 10 de mayo, organizamos en Getxo la VIII Edición del Día de Europa.

Bajo el título «Migración y Refugio. ¿El doble rasero de Europa?», nos planteamos como reto crear un espacio de debate en el contexto actual de la crisis de Ucrania, contando para ello con la participación de las organizaciones sociales que trabajan directamente sobre el terreno, en la complicada labor de acogida de todas las personas que están huyendo de este conflicto.

Para hacer esto posible, contamos con la colaboración de Carmen Díaz, concejala de Cohesión Social del Ayuntamiento de Getxo, quien desde el primer momento se prestó a participar en la apertura de la mesa de debate. Y no sólo eso, sino que más allá de la presentación, dio contexto al marco del diálogo, dando perfecta entrada al video de apertura grabado expresamente desde Bruselas por la eurodiputada Eider Gardiazabal Rubial. Vaya desde aquí nuestro más sincero agradecimiento a Eider, siempre en primera línea colaborando con este tipo de actividades.

Además de Carmen y Eider, contamos con Javier Galparsoro, Presidente de Zehar Errefuxiatuekin, con Asier Arpide, Director de Proyectos en Pertsonalde; y desde Valencia, con Boutaina El Hadri, Gerente de Jovesólides España e interviniendo en representación de la campaña Directiva Migra Para Todas.

Con este elenco, iniciamos un trabajo previo al evento de sensibilización y difusión, para dar a conocer el evento en sí, pero también la campaña a presentar por parte de Boutaina El Hadri. Ello tuvo su eco en el programa Hoy por Hoy de Cadena Ser. Gracias Azul Tejerina por ayudarnos a tejer líneas de realidad a través de la radio.

Alrededor de 50 personas estuvimos el martes 10 de mayo en la sala polivalente de Getxo Elkartegia. La mayoría de manera presencial, que ya teníamos ganas, y unas pocas más desde Valencia, conectadas a través de la sesión de Zoom facilitada desde Jovesólides España. Una vez más, gracias a la colaboración de todas las personas que lo han hecho posible. Una vez más, una potente red de personas es capaz de colmar necesidades que pensábamos que solamente podían atenderse con capacidad económica.

En hora y media larga no dio tiempo para mucho la verdad. Las y los ponentes se alargaron y no quedó demasiado tiempo para el diálogo. Una pena la verdad, porque estamos seguras que ese rato hubiera bastado para sacar chispas a las intervenciones y sacarnos de la autocomplacencia de quienes acogemos, sin darnos muchas veces cuenta de la «verdadera realidad», vista desde la barrera de nuestros medios de comunicación.

No obstante, algunos temas salieron a relucir. Y es que la activación del artículo 5 de la Directiva 2001/55/CE de protección temporal para acoger de manera temporal a las personas que están huyendo de la guerra de Ucrania, ha sido sin duda una buena noticia. Pero nos escuece un poco y no terminamos de entender el por qué ahora sí, y por qué antes no. Sobre todo teniendo en cuenta que, por desgracia, son muchas las personas de otras regiones del mundo que han huido y siguen huyendo de conflictos bélicos, hambrunas, desastres medioambientales, represión política, de género u orientación sexual, causas climáticas, pertenencia a un determinado grupo social…

En la interpretación de ese por qué ahora sí, caben muchas interpretaciones. Como por ejemplo el interés del grupo de Visegrado en dar solución a una presión migratoria que se veía inminente para este bloque de países, próximos al foco del conflicto. O la indeterminación del concepto normativa «afluencia masiva» … Pero en cualquier caso, y desde nuestro humilde punto de vista, si en este momento, ha habido un todos a una más o menos, una voz de solidaridad y empatía para con estas personas, entendemos que debería ser un punto de inflexión para construir una política de migración y refugio en la Unión Europea que responda realmente a los valores que proclama, alto y claro, especialmente tras las últimas crisis (Covid, Ucrania…). Si los fundamentos de la construcción europea no sirven ya para construir una ciudadanía que ha nacido dentro de la UE, el alzar estos valores europeos con acciones y compromisos reales y tangibles, puede ser un punto de partida para ello. Además de Erasmus, el roaming, el euro… la ciudadanía necesita otros elementos de unidad, de sentimiento de pertenencia. Ser un supuesto islote de complacencia y seguridad no satisface ya a algunos ni a algunos. Porque estos valores europeos tienen que ser valores de las personas, cualquiera que sea su procedencia, porque son valores que hunden sus raíces en los derechos fundamentales de las personas, esos que nos deberían unir a todas.

Junto a esta cuestión, cuyo marco sirvió de eje a la presentación de la iniciativa MigraParaTodas, tanto Javier Galparsoro como Asier Arpide nos dejaron ver la ardua labor de las organizaciones que trabajan en el día a día. Porque las olas repentinas de solidaridad son de celebrar, pero van y vienen al albur de la presión mediática. Y esas personas que huyen se quedan. Con toda su mochila, con todas sus necesidades, con todas sus demandas. Y es una problemática que requiere inmediatez, pero visión a medio/largo plazo. Y recursos para ser capaces de darles cobertura. En este sentido, es muy importante tejer una red comunitaria de apoyos reales, estructurales y compartidos. Donde la referencia institucional tiene que ser la clave, creando espacios que ayuden a estas organizaciones y facilitando recursos para ellos. Puesto que en realidad, estas entidades están prestando un servicio que de otra forma, tendría que ser realizado por las instituciones, quienes carecen de la celeridad y la capacidad de respuesta, improvisación y espontaneidad de estas entidades. Una vez más, el tejer una red comunitaria de cuidados se revela como vital para construir modelos locales de convivencia. Redes comunitarias globales, es decir, no solamente la ciudadanía, sino también las instituciones. Corresponsabilidad integral.

Así es cómo esos valores europeos se ponen de manifiesto en el día a día, en nuestros entornos locales. En esos que, con sus pequeñas acciones, van construyendo Europa más allá de los despachos.

Ahora solamente falta que las personas que ocupan esos despachos bajen de vez en cuando a tierra y tomen nota de esas realidades, para aplicar el cuento a gran escala y pasar de lo local a lo europeo. Desde eCivis ciertamente no tenemos mucha esperanza de que estoy sea inmediato. Sin embargo, el debate de este martes, y la intervención de Eider Gardiazabal, nos hace albergar cierta esperanza. Mientras tanto, seguiremos dando caña.

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