El pasado miércoles 13 de enero, celebramos la tercera y última sesión de la iniciativa “Soy Sostenible, ¿y tú?”, que hemos llevado a cabo con apoyo del área de Cohesión Social del Ayuntamiento de Getxo. Se trata del cuarto año que realizamos iniciativas bajo esta convocatoria de ayudas, con el objeto de dar a conocer a la ciudadanía elementos que están presentes en nuestra vida diaria pero sobre los que muchas veces pasamos casi de puntillas, sin saber muy bien de lo que se está hablando, aunque esté en boca de todas. Este año nos decidimos a hablar de ese nuevo modelo socioeconómico basado en la sostenibilidad, que con la crisis del coronavirus está presente en todas las tertulias.
La tercera sesión de este proyecto quiso centrar el foco en las experiencias emprendedoras concretas que existen a nivel local en esto de lo sostenible, para saber lo primero si se puede vivir de ser emprendedor o emprendedora, y más ahora, y más aún, con un enfoque sostenible. Y luego, además, para saber qué impacto tienen estos negocios en la vida de las y los getxotarras, es decir, si es algo más que una moda, o una pasión de unas pocas personas.
Contamos para ello con la participación de dos proyectos diferentes; por un lado Ana Iametti, con su supermercado ecológico Izarbide, ubicado en el barrio de Areeta. Y por otro, con Jon Abad, responsable de la empresa de diseño Abad Design. Dos propuestas valientes desde cualquier punto de vista, con un objetivo no sólo mercantil (vivir de ello), sino también de colaboración, difusión y co-participación o gobernanza ciudadana.
El supermercado ecológico de Ana Iametti es algo más que un lugar donde hacer la compra. El compromiso de Ana con la sostenibilidad de su entorno va más allá, y así se refleja en su negocio, que es un proyecto vital y de dinamización del barrio, compartiendo su saber hacer en torno a la vida sostenible, a través por ejemplo de recetas saludables que pueden hacerse con los productos de su supermercado.
Jon Abad va también en esa línea, de compromiso y búsqueda de participación ciudadana. Impresionadas por su proyecto de recuperación de contenedores que se transforman en asientos y artículos de nuestra vida cotidiana, y también por ideas como ese fanlab ciudadano que sin duda daría muchísimo juego.
De esta forma, fueron varias las cuestiones que se plantearon, y que sin duda deben dar pie a un debate posterior:
- No conciben sus proyectos como algo simplemente de lo que se pueda vivir, sino que, especialmente ahora, y no solamente por la crisis sanitaria, se consideran responsables de una labor de sensibilización y comunicación.
- Entienden que sus proyectos son circulares, de aprendizaje recíproco, de creación de redes. Fundamental por otro lado en esto de la sostenibilidad, y en cualquier otro enfoque de vida.
- El momento Covid es, también, una oportunidad para repensar nuestro modelo de consumo, nuestra responsabilidad colectiva, y también nuestra responsabilidad individual.
- Es necesario e imperativo que el modelo de comercio local se regenere y adapte a la nueva realidad laboral, personal, familiar…, de nuestros vecinos y vecinas. De otra forma, será complicado conciliar ese esfuerzo por ser sostenible, y la necesidad de seguir trabajando bajo el modelo que impone el sistema. Mientras el modelo económico global no cambie, y no lo hará a corto ni a medio plazo, se requieren acciones concretas desde lo local que vayan enganchando, que vayan sumando. Hay que adaptarse a los nuevos ritmos, repensar cómo acercar el comercio a las personas
Hemos finalizado esta sesión, y esta iniciativa, con muchas ganas de más. Hemos conocido proyectos maravillosos, iniciativas supermotivadoras, gente que se lo cree, y que quiere que el resto de personas nos/se lo creamos/crean. Sin duda, tomamos notas de esto de tejer redes, de la creación de esfuerzos colectivos que den vida a nuestro pueblo, con la necesaria implicación de todos los agentes, públicos, privados, sociales…