Ayer, 8 de marzo, las mujeres hicimos historia. En Getxo, Bilbao, Barcelona… bloqueamos calles y callejuelas en una gran marea en la que los delantales se quedaron en casa, colgados en el balcón.
Esta sociedad nos debe mucho, mucho. Nos debe la igualdad real. No nos basta con la igualdad legal. Legislación, bien, pero no suficiente.
Las mujeres estamos hartas. Soportamos los cuidados de los hijos e hijas, de las personas mayores, las tareas domesticas. El cuidado sigue teniendo nombre de mujer. En Getxo, impresionante la movilización, se escenificó el rechazo a ese rol otorgado por esta sociedad patriarcal, tirando cubos, recogedores, guantes …El cuidado es cosa de mujeres y hombres. La corresponsabilidad tiene que ir más allá de ese bonito nombre.
Una Cualquiera se va de Huelga Feminista from Las Tejedoras on Vimeo.
La movilización de Bilbao, nos hizo tener la lágrima muchas veces contenida; otras, desparramada por la mejilla. Sororidad entre mujeres en estado puro. Qué magnífica sensación. Avanzábamos de Moyúa hacia la Plaza del Sagrado Corazón y te encontrabas con amigas, con conocidas, con mujeres luchadoras y cada pasito se jalonaba con multitud de historias de vida. Unas luchas solitarias, otras colectivas, caminos largos con piedras y obstáculos, pero con todo ello ayer estábamos felices, estábamos juntas. ¡Ya no hay vuelta atrás!. La sororidad mueve más que montañas. Hace temblar esta sociedad patriarcal y machista.
Las mujeres con nuestras concentraciones decimos claramente que se termine ya la lacra de crímenes machistas, la brecha salarial, que los hombres pongan en práctica la corresponsabilidad… La voz de 6 millones de mujeres en este país no es una voz de “locas feministas”. Es una demanda social de justicia. Es la fuerza de la sororidad.