Hace unas semanas estuvimos en la jornada sobre empleo y juventud organizada en Barakaldo, de la mano de la plataforma EurGetxo, la asociación bilbaína Hitzaren Etxea, y nosotras mismas, eCivis.
La jornada corrió a cargo de Stanislav Rangelov, responsable de las políticas sociales y de empleo para España en la Dirección General de Empleo e Inclusión Social de la Comisión Europea. El Sr. Rangelov nos ofreció una exposición brillante, como comunicador experimentado, aportando datos por doquier sobre la situación del empleo en los diferentes países miembros de la UE.
En el turno de preguntas, las personas del público buscaron bajar más a tierra, intentaron buscar una concreción de los grandes números en la situación real del empleo, por ejemplo, en Barakaldo. Porque por debajo de estas elocuentes cifras, tenemos personas que diariamente buscan empleo. Y que no saben que tal o cual programa de la institución de turno tiene por detrás el apoyo del Fondo Social Europeo por ejemplo.
Garantía juvenil, programas de fomento del emprendimiento, talleres de empleabilidad… resulta difícil encontrar un programa en Bizkaia que no tenga algún tipo de apoyo comunitario. Que hay que obtener resultados, está claro. Y en la obtención de los mismos deben actuar las dos partes. La Unión Europea que define los Programas de Ayuda, y las entidades públicas en nuestro caso de Bizkaia, que los implementan a través de diferentes iniciativas. Es necesario un círculo de comunicación permanente entre ambos para procurar un feedback bidireccional de mejora continua.
Y además, es importante escuchar. Rangelov hizo mención a un detalle que por ahora se escapa en las instituciones. La atención personalizada e individualizada, considerando a la persona, con sus peculiaridades y necesidades.
Hablaba de definir planes individualizados, de detectar la necesidad de cada caso, de huir del café para todas las personas. Una fórmula que según él permitiría rentabilizar los objetivos de los programas implementados, y enfocar correctamente los esfuerzos.
Lástima que las mentalidades cortoplacistas no dejen ver el bosque, y este planteamiento tan inteligente y tan de sentido común al mismo tiempo, no termine de calar. De nuevo, son las personas las que tienen que ponerse en el centro, para conseguir el desarrollo de nuestras sociedades, y también para conseguir la productividad y la rentabilidad del dinero público. Que no sigan cayendo en saco roto las partidas presupuestarias para el empleo, por sus nulos resultados.
Cojamos el testigo y hagamos dos cosas:
– Informar de los programas adecuadamente
– Revisarlos y evaluarlos
– Tener la valentía de innovar en los programas
¿Cómo lo ves?