En poco tiempo hablamos de participación ciudadana, presupuestos participativos… forman parte de nuestro lenguaje. Pero ¿sabemos de que hablamos exactamente?.
El ayuntamiento de Getxo ha buzoneado a las y los ciudadados del municipio un folleto promoviendo y sensibilizando sobre la participación en sus presupuestos municipales, animando al planteamiento de propuestas. Conocer los canales de participación desde luego es fundamental, pero ¿no es demasiado pedir a un ciudadano o ciudadana que esas propuestas sean técnica y/o económicamente viables?. Suena a idea de negocio. A proyecto empresarial. A adjuntar un plan de negocio, un plan de viabilidad.
Aún estamos a años luz de Porto Alegre en Brasil, donde los procesos de participación son ciclicos y sistematizados. Para hacerse una breve idea de su avance ahí va una estructura de su proceso:
Por estos lares todavía estamos definiendo el significado de la participación ciudadana, intentando diferenciarla de la queja, de la reclamación. Todavía vivimos el surgir de plataformas ciudadanas como flor de un día. Desaparecen, bien cuando consiguen el objetivo que reivindican, bien cuando estan agotadas de no conseguirlo.
Falta, falta, para ser Porto Alegre. Asi que no pidamos tanto a la ciudadanía. Si el desánimo surge antes tan siquiera de comenzar seguiremos durante, mucho, mucho tiempo a años luz de Porto Alegre.