Hasta hace bien poco hablábamos de entidades de economía social y automáticamente pensábamos en una fórmula de cooperativa, o en todo caso, en una sociedad anónima laboral. Y ahí se terminaba la reflexión. Entonces, la Comisión Europea consideraba la economía social como la actividad realizada por el tercer sector: entidades privadas y sin ánimo de lucro. Era tal el lio que se confundía la actividad propia de la organización con la fórmula jurídica que la amparaba.
Y aún sin aclararnos, de repente, en un momento en que la economía y la sociedad se dan la vuelta como un calcetín, surge con fuerza el emprendimiento social, la economía social y solidaria; conceptos que se integran transversalmente en empresas de negocios y en organizaciones sin ánimo de lucro. La cooperativa o la asociación sin ánimo de lucro son, hoy día, el paraguas que recoge esa actividad de economía social-solidaria.
La fórmula de cooperativa se utiliza indistintamente del ámbito de actividad: agricultura, cultura, …. , siempre y cuando el objetivo social sea el fin troncal de la organización.
Entre las iniciativas que más nos han sorprendido gratamente a ecivis ha sido “Escuela de Teatro”, (cooperativa de consumo cultural) cuyo propósito es transformar la sociedad según declara su impulsor el actor Alberto San Juan. Su programación teatral está marcada por el humor político y musical. Por el compromiso y por querer contar todo lo que no se ve de la realidad. Además, hay también espacio para la música, la poesía …..
Nos identificamos plenamente con su slogan: “no hay entretenimiento más apasionante que la realidad”, y nos hace preguntarnos. ¿Nuestra propia iniciativa es también un emprendimiento social?. ¡Ojala sea cierto!