Las XX Jornadas de Igualdad de Portugalete celebradas la semana pasada han tenido cómo lema bien acertado «Mirar hacia atrás es seguir hacia adelante». Y si acertado fue el lema con el que hilaron los discursos de inauguración Mikel Torres, alcalde de Portugalete y Teresa Laespada, Diputada del Departamento de Igualdad, Cooperación e Inclusión de la Diputación Foral de Bizkaia, Manuela Carmena dejó perfecto el bordado con su magnífica intervención.
Mirar hacia atrás es reconocer la labor de tantas mujeres que han sufrido , que se han rebelado ante la degradación de la palabra “locas”, pero que gracias a sus luchas no violentas, pero constantes, hemos conseguido logros y bienestar para nosotras las mujeres… y, para los hombres, también. Sigamos adelante, recordando, agradeciendo y avanzando.
Manuela Carmela es un buen modelo de referencia de pasado y presente. Sus 77 años declarados por ella con gran orgullo no hacen mella ni en su memoria ni en su elocuencia para rememorar sus años de universidad, ni tampoco en su entusiasmo para entrar en la política como alcaldesa de Madrid. Durante su intervención no utilizó en ningún momento la palabra desencanto, pero si definió la política como una estructura basada en la mentira. Mentira con la que se topó de bruces. Así que sus ganas de paliar la situación de las personas más vulnerables y conseguir mejoras de vida para la ciudadanía de Madrid se vieron truncadas por esa estructura que lo invadía y lo trastocaba todo. Está harta -hartita de discursos, palabras y pocos hechos. Estos, aun siendo pocos, incluso no se evalúan.
La política está carente de análisis, de reflexión, de evaluación de resultados. Manuela mencionó una iniciativa ciudadana que no pudo llevar a cabo: “La autopsia social”, una evaluación de resultados de los programas y las iniciativas por parte de la ciudadanía, elemento imprescindible para avanzar y mejorar; y que nos recuerda a una iniciativa de los primeros años de eCivis, con la que precisamente vio la luz nuestra organización. Esa ineficacia de las políticas públicas no vinculadas con la cotidianidad producen desinterés en las mujeres para acceder a los espacios públicos. ¿Puede ser ese el motivo del reciente surgimiento de otras políticas?.
Con gran entusiasmo Manuela nos recomendó la lectura de “Amor y Política ” de Monserrat Moreno Marimón y Genoveva Sastre Villarasa, en el que se dan claves para ejercer la política desde los sentimientos y las emociones. ¿Habrá sido el libro que llevaba debajo del brazo, ojeaba y leía en el transporte público, en sus idas y venidas a la sede del Ayuntamiento de Madrid, durante su mandato?. Ahora mismito lo compramos para la biblioteca de eCivis. Amor y Política.