“Somos sociedades mestizas y complejas en las que las identidades culturales se asemejan a un cielo nublado: no se sabe donde termina y empieza la siguiente nube, pero si sabemos que hay infinitas nubes”. Que maravilloso comienzo para una buena reflexión y una real interacción!. Así comenzó Andrea Ruiz Balzola, antropóloga de la Universidad de Deusto.
El objetivo era la integración de la perspectiva intercultural en los proyectos sociales. Pero, respectando el refrán “pensar antes de actuar”, procedía una reflexión.
Pensamos y reflexionamos junto a Andrea, durante su magnifica exposición, desde su profesionalidad y sensibilidad. Partiendo de los dos modelos tipos, exclusión ( segregación, etcnocidio, genocidio), e inclusión-aparente (homogenización)/inclusión-real (multiculturalismo, interculturalismo), nos encontramos actualmente en el modelo de inclusión real”. Escenario puesto en duda por algunas de las personas asistentes. El concepto real provoca y desencadena muchas, muchas dudas. ¿Tú qué opinas ?
El multiculturalismo es un hecho y cada día más. Las personas somos diversas, procedemos de diferentes culturas, religiones…, e interactuamos en el espacio público, en el barrio, en las ciudades. El multiculturalismo es además un pensamiento, una filosofía, un modelo de política pública. Ejemplos claros los encontramos en Canadá, Estados Unidos o Inglaterra. Se manifiesta a través de exenciones de leyes que penalizan prácticas culturales: uniformes o leyes de caza; asistencia de apoyo a minorías… Lamentablemente, conlleva críticas. Criticas de carácter político y conceptual ya que puede desembocar entre otras consecuencias a una fragmentación social no deseable. Tal vez por ello, aquí, sin consolidar el modelo del multiculturalismo como modelo de política pública social, nos encontramos en el interculturalismo. Este es el que se desea diseñar, implementar y consolidar en la administración pública y, por tanto, en los proyectos sociales desarrollados en el marco de convocatorias de subvenciones.
Los principios del interculturalismo son la igualdad, la diferencia y la interacción positiva. Igualdad en derechos y deberes e igualdad de oportunidades. Diferencia en el respecto, en la expresión de la diferencia y el reconocimiento institucional. Interacción positiva en el conocimiento real, tolerancia y empatía y conductas y prácticas.
Cuando nos reunimos las y los miembros de eCivis solemos decir: “un minuto de reflexión y cinco de acción”. Con este post queremos transmitir una reflexión. Hecha la reflexión, vayamos a la acción. La clave , sin duda, se encuentra en la interacción positiva y empática. Tengamos claro que somos las personas las que interactuamos. No las culturas. Integremos el elemento intercultural en todo el proceso de los proyectos: en el diseño, en la ejecución y en la evaluación… y más allá: nuestra interculturalidad debe manifestarse con nuestra interacción en el día a día, en el proceso de nuestra vida, contagiando a las demás personas de nuestro entorno. ¡Qué magnifico contagio es interactuar con empatía!. ¡¡Ya, a ello!!