El pasado domingo 17 de enero nos acercamos a la playa de Ereaga para participar en la iniciativa de recogida de residuos que organizaba la asociación Ola Sin Plástico. Entre la pandemia y el mal tiempo, no es que fuéramos muy confiadas pero la verdad es que sí que había gente respondiendo a este llamamiento de solidaridad y conciencia ambiental, y fuimos unos cuantos y unas cuantas las que nos animamos a doblar el espinazo y recoger la mierda (así tal cual, sin eufemismos), que la gente anda dejando, auténticos influencers del despropósito. Pánico da hacer la cuenta del resultado:
218 colillas, unos 1.800 envoltorios o trozos de envoltorios, 594 palos de bastoncillos, más de 150 fragmentos de poliestireno, 41 pajitas, 204 artículos relacionados con la pesca, 43 trozos de tela, 7 mecheros. 4 juguetes, 9 mascarillas, 45 trozos de papel y muchísimos microplásticos, imposibles de contar, incluidos los pellets o lágrimas de sirena.
Aunque no es la primera vez que nos encontramos iniciativas de este tipo en la playa de Ereaga, sí era la primera en la que participábamos de manera activa, y fue sorprendente comprobar la cantidad de residuos que se escondían en un arenal que, a simple vista, parecía impoluto. Al final, hay mucho, muchísimo más de lo que pensamos.
Aplaudimos iniciativas de este tipo, que aunque solamente representan gotas en el océano, son muchas que mojan de solidaridad y de sensibilización. Se trata de ir generando conciencia para ensuciar menos.