Del 24 de enero al 6 de febrero se desarrollarán los presupuestos participativos de 2021 en Getxo . Desde el ayuntamiento de Getxo y en las redes sociales nuestra alcaldesa, Amaia Agirre, hace un llamamiento a la ciudadanía del pueblo para su participación. Las diferentes áreas del consorcio municipal esperan recibir propuestas sobre Euskera, Juventud, Promoción Económica o Turismo, Igualdad, Medio Ambiente, Seguridad, Servicios Sociales, Urbanismo, Cultura y Deporte. Menciona , también, que las propuestas que no sean de competencia municipal o que no resulten técnica y/o economicamente viables no se tendrán en cuenta. Comprensible aunque… es tan difícil entender la definición de “lo no viable economicamente” en el ámbito de lo político …
Entendemos que son propuestas de mejora. Y al hilo de todo esto de la participación ciudadana, que lleva ya unos años en el vocabulario de lo público, echamos en falta la otra pata, la de la recepción y gestión adecuada de la queja. Empezando por ejemplo por dotar de vías accesibles para ello y conocidas por la ciudadanía, para que podamos trasladar nuestras quejas y nuestras sugerencias de subsanación y mejora. Cierto es que por ejemplo a través de Twitter, se lanzan muchas quejas y propuestas de mejora que son contestadas desde el Ayuntamiento, pero teniendo en cuenta la media de edad de muchos y muchas getxotarras, estamos convencidas que otros canales deberían favorecerse para que esas quejas y sugerencias llegaran con más fluidez, sin tener que esperar a que se convoquen estos presupuestos participativos en los que poder expresar nuestras opiniones con la esperanza de que se nos escuche.
Estamos convencidas también, que crear un canal bidireccional real y efectivo para comunicar con la ciudadanía, escuchar las quejas y responder de una manera clara y consecuente es la mejor manera de conseguir una ciudadanía comprometida con el municipio, de conseguir una comunidad cohesionada en definitiva en pos de un municipio mejor para todas las vecinas y vecinos.
Y como muestra, un botón. El reciente edificio de Romoko Kultur Etxea adolece de deficiencias en el aislamiento en las ventanas así como falta de regulación del aire acondicionado. Las personas afectadas, tanto usuarias de cursos y talleres como el profesorado que los imparten, lo han notificado al personal del centro, pero como la queja hay que canalizarla desde la web municipal o desde las Oficinas de Atención a la Ciudadanía… Pues en esas estamos. Si queremos propiciar un compromiso con la participación, no estaría de más articular procedimientos facilitadores y estimuladores, sin miedo a una avalancha de quejas y reclamaciones sino más bien, con el ánimo de escuchar de una forma activa, como primer paso para conseguir una participación ciudadana con todas las consecuencias, y en el más amplio sentido de la palabra.
Solicitar que la ciudadanía se comprometa con el desarrollo de su comunidad, de su pueblo, acudiendo a los llamamientos de las diferentes áreas municipales se incentiva desde lo pequeño, desde la disponibilidad de canales para sus quejas y sugerencias, pasando por supuesto por una atención y gestión eficaz de las mismas: rapidez en respuesta, eficacia en la solución si procede y, por ultimo, notificación a la persona que se ha tomado su tiempo en pensar no solamente en su “yo”, sino también en “el nosotros”. En mejorar los servicios municipales.
Las personas que participamos, desde hace años, en los procesos participativos estamos atentas, también, al funcionamiento de los servicios que utilizamos o utilizan personas de nuestro entorno en el día a día. Y es que es lo que tiene participar en estos procesos, que más allá de su intencionalidad política, dejan su poso educativo en términos de participación y construcción de la comunidad. Y de repente nos paramos a observar la comunidad, el pueblo, sus barrios. Y reclamamos vías tangibles, eficaces y realmente participativas, con información transversal, antes, durante y después. Por una participación con menos relato político y más visos de realidad, de conexión auténtica con los vecinos y vecinas.