Las personas mayores dan ejemplo con sus reivindicaciones.
Cuando estamos demasiado acostumbrados a resolver los problemas y a indignarnos en las sobremesas, discutiendo con quien primero tengas delante, van las y los jubilados, y vuelven a darnos una lección.
Sí, una lección.
Porque este país no se ha ido a a tomar por saco gracias a la generosidad de estas personas, que han venido a ser el auténtico sostén de las familias y por ende, de la sociedad entera, durante los años más duros de la crisis, y también de estos otros que dicen algunos que ya son mejores, pero que la ciudadanía de a pie la verdad es que no lo nota mucho.
Gracias a ellos y a ellas, a su pensión, a sus tuppers, a su cuidado de nuestras/os hijos, es como muchas personas han podido resistir, más mal que bien. Pero se ha ido resistiendo.
Pero ya se está colmando el vaso.
Aunque se acallen sus protestas, aunque no salga de forma masiva en los medios de comunicación. Aunque Cataluña siga copando los trending topic, y con ella toda la parafernalia de pandereta y greguería de este país, aunque la corrupción siga con su charanga mientras seguimos con la anestesia, algunas personas se han despertado y empiezan a levantarse.
Se están levantando las personas mayores.
Quienes nos dieron sostén en esa crisis que sólo ha mejorado para quienes no llegaron a sufrirla, se están hartando. Han sido demasiados años de engaño, de intentar convencer con otros argumentos, por otros caminos.
Ya no cuela. Y es que una subida del 0.25%, la verdad, es como llamarnos gilipollas a la cara, pero en fino y además por carta. Para que la bofetada sea más redonda y más amplia.
- Porque esos a quienes han intentado mantener la boca cerrada con charlatanería barata de subida de pensiones, se han cansado de tonterías.
- Porque ciertamente es un error de bulto no seguir dando cariño a este colectivo, visto el panorama demográfico de España.
- Porque estas protestas son la expresión de un hartazgo que no termina de explotar y sumar al resto de ciudadanía (para hacérselo mirar, la verdad).
- Por el hecho mismo de que no he escuchado aún una sola voz de la clase política hacer mención de este asunto.
Mi padre se ha sumado a las protestas. Él, que era de los de los debates de sobremesa, se ha sumado a las protestas de los lunes. Y si mi padre lo ha hecho, también lo puedes tú. Podemos todas las personas. Porque la suma aumenta nuestras posibilidades.