Un gramo de locura


Hace unos días estuvimos con el representante de la asociación Aizibizian de Getxo, que trabaja y se parte el cobre todos los días con chavales y chavalas que tienen su tiempo libre demasiado libre, sin rutinas, sin contrapesos.
Una asociación que como eCivis, y como tantas otras que se mueven por Getxo, trabajan día a día por sacar adelante sus proyectos y sus iniciativas.

Realmente viene bien esto de conversar entre iguales. De sacar nuestros miedos afuera, de contar nuestras penas, nuestras indignaciones, nuestras peleas diarias. Para darnos cuenta que somos unas cuantas personas que nos lo tenemos que mirar, unas cuantas las que nos definimos como locas y locos.

Locas y locos.

Locas y locos por poner nuestro granito de arena en la construcción de una sociedad más inteligente, más autónoma, más capaz.
Locas y locos que queremos acompañar a otras organizaciones para sacar adelante proyectos que realmente valen la pena, pateando oficinas y buscando redes, para conseguir esa financiación que a veces llega con cuentagotas y que nos frena.
Locas y locos porque, incluso cuando parece que vamos a desfallecer y la indignación y la impotencia colma nuestra paciencia, somos capaces de levantarnos y seguir adelante.
Porque ahí hay una sociedad que necesita despertar, y sólo podremos conseguirlo si sembramos la semilla del conocimiento, de la autonomía, del espíritu crítico. El no te dejes enredar debe extenderse como una tela de araña. Y me da la sensación que esto solamente será posible mientras siga existiendo ese gramo de locura capaz de germinar en el resto de la ciudadanía.

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