Tenemos hoy el gusto de ceder el espacio de nuestro blog a Álvaro Lopez de Goikoetxea, Subidrector de Internacional de los Servicios Informativos de TVE, quien amablemente nos ha dedicado un rato de su tiempo para reflexionar sobre Europa y ponernos en la parrilla de salida de lo que será ya la III Edición de GetxoEuropa. No te lo pierdas, y comparte las jornadas con nosotrxs, pulsando aquí.
Han pasado solo unas horas desde que las urnas nos han aclarado lo que todas las encuestas ya vaticinaban desde hace tiempo: Emmanuel Macron y Mariene Le Pen pugnarán por la presidencia de Francia en la segunda vuelta electoral del 7 de mayo. Dos proyectos antagónicos. Uno, liberal y europeísta, encabezado por el ex ministro de Economía de François Hollande, que ha obtenido el apoyo en primera vuelta del 24’01% de los votantes. Otro, nacionalista, reaccionario y antieuropeo, el de la candidata del Frente Nacional, respaldada por el 21’30%.
En Bruselas todos han respirado con alivio. Piensan que Macron logrará concitar los apoyos necesarios para convertirse en el próximo presidente francés. Ello permitiría ahuyentar el fantasma de la desunión en un momento especialmente delicado, marcado por el Brexit y por crisis tan profundas y duraderas como la económica o la de los refugiados. Paradógicamente, en los dos países en los que la Unión Europea entró en crisis a mediados de la pasada década, Francia y Holanda, puede cimentarse ahora su recuperación.
Para que la UE vuelva a ilusionarnos y volvamos a sentirnos reflejados en ella, es necesario que seamos capaces de identificar lo que esperamos de ese proyecto en común. Europa debemos construirla desde abajo, con nuestros anhelos, esperanzas, temores, necesidades…pero sobre todo, con nuestras ilusiones. No vale que queramos un paraguas protector para los malos momentos y nada más. Juntos seremos más fuertes, sí, también más interdependientes y estaremos sometidos a una mayor disciplina. Para lo bueno y para lo malo.
Algo de todo ello hemos conocido en los últimos años. La Comisión Europea y el Eurogrupo nos fijaron un férreo camino a seguir para combatir nuestro elevado déficit público. Desde entonces, nuestros presupuestos han estado permanentemente vigilados por Bruselas. Cada euro que gastaban nuestras administraciones públicas (ayuntamientos, comunidades autónomas o administración central) era supervisado por los llamados “hombres de negro”. Muchas veces nos costaba entender la oportunidad de algunas de las reclamaciones que nos hacían desde el poder comunitario.
Pero Europa es mucho más. Es solidaridad, igualdad de derechos, moneda única, fronteras abiertas …Basta con echar la vista a un pasado no tan lejano para saber que vivimos mucho mejor dentro de la Unión. Apoyar Europa ahora que surgen las dificultades es apostar por un futuro abierto y en común, solidario y en paz. De lo que hagamos dependerán los próximos años…