Hoy día mencionamos la palabra empoderamiento y nadie pregunta su significado. Ya está integrada, forma parte de nuestro lenguaje, de nuestras conversaciones diarias. Sin embargo, en el 2004, año del comienzo de la andadura de la escuela de empoderamiento de mujeres de Getxo, todo eran preguntas sobre su origen y significado. Incluso se colaban descalificativos sobre la palabra y las mujeres que se querían empoderar. El curso 2016-2017 ha conseguido consolidarse como espacio de reflexión, debate y aprendizaje para las mujeres de Getxo.
Títulos con tanto enganche como “Sentir mis límites, “Café para madres», «El camino del arte», «La creatividad como estrategia de empoderamiento»… y tantos otros configuran la programación actual. El contenido, lo sustancial, cuenta con profesoras expertas en las temáticas a abordar. ¡Verdaderas profesionales!. El resultado es que las mujeres de la primera promoción, entre las que yo me encuentro, continuamos participando junto con otras menos veteranas, ya que el conocimiento de la escuela se va extendiendo como oleaje suave llegando a la orilla de la playa de Arrigunaga, en esos días de bandera verde. Ese es el itinerario del empoderamiento. Es un camino suave, pero de no retorno, que impulsa e impregna de confianza en sus propias capacidades tanto a nivel individual como colectivo.
Por cierto, el origen de la palabra empoderamiento procede del sustantivo inglés empowerment. Termino aceptado por la RAE (Real Academia de la Lengua). En el 2004 aceptaba solamente el verbo empoderar (se). Y la mejor forma de combinar verbo y sustantivo es la acción, el camino, olas suaves que mojen la arena, tu vida individual y colectiva.