Es cierto que la nueva forma de consumir está cambiando. Este intercambio entre miembros de la comunidad no es nada nuevo. Antes ya se hacía. La única diferencia es que ahora los canales de comunicación digitales facilitan ese intercambio y lo amplían exponencialmente. Si además, a esto le sumamos que la crisis económica ha disminuido la capacidad de gasto aumentando la concienciación en el consumo, el escenario es perfecto para que triunfe la economía colaborativa.
Este tipo de consumo arranco de forma suave, pero ya en 2015 experimento un gran crecimiento. El concepto de “consumir por consumir” está llegando a su fin. Comprabas, sierras, bicicletas estáticas, … que terminaban en el armario acumulando polvo. Allí dormían permanentemente. Tal vez, despertaban por un pequeño periodo de tiempo: cuando se ordenaban. Luego, acompañados con la frase “por si acaso” volvían a un sueño profundo. Sin embargo, el férreo concepto de la propiedad se está resquebrajando. O lo que es lo mismo, surge un nuevo modelo de consumo basado en compartir, en lugar de poseer.
eCivis, apuesta, sin lugar a dudas, por este modelo en el que tiene un lugar muy especial el emprendimiento colaborativo. Ejemplos de éxito tenemos muchos. Y algunos, en fase de arranque: “Utopiketa”, iniciativa de Utopian de Getxo, tienen un futuro más que prometedor.
La dificultad actual es la falta de legislación que regule este tipo de actividad. La Comisión Europea lo ha detectado y , en breve, establecerá una agenda en materia de economía colaborativa y dará orientaciones para su aplicabilidad en los países miembros.
La economía colaborativa viene para quedarse. La revolución en la forma de consumir está servida.