Últimamente nos estamos encontrando con perfiles de personas que, en una primera toma de contacto, parecen profesionales, que asumen un compromiso contigo y da la sensación de que la acción a realizar va a tirar para adelante, pero luego al final comienzan a darte largas, y te encuentras de buenas a primeras con la soga al cuello y buscando una solución in extremis a algo que para ti y tu proyecto es importante.
A mí esto me suena como un defecto de inteligencia emocional, a un problema en la gestión de nuestras emociones. Porque si no puedes, no quieres, no te ves capaz de llevar algo a cabo, pues mejor que lo digas desde el principio y no marear la perdiz, ¿no?.
Esto ocurre en la vida personal, pero también en la profesional, y cuando estás abordando proyectos de emprendimiento es bastante habitual. La gente te escucha con interés, da la sensación que te entienden, pero luego…
EVITAR MALENTENDIDOS
Tal vez el uso de las redes sociales y el entorno 2.0 nos ha llevado a prolongar la lectura en diagonal también a la comunicación presencial, y esto no es bueno. Porque al final se producen malentendidos que no dejan buen sabor de boca, y cortan de raíz el germen de futuras colaboraciones profesionales.
Así que a trabajar estas habilidades, si queremos movernos con soltura en las relaciones personales y profesionales.