Crónica de un pleno municipal visto con los ojos de una ciudadana de a pie


Los plenos de los ayuntamientos tienen como objetivo que la ciudadanía conozca de cerca la gestión municipal llevada a cabo por el equipo de gobierno junto con los grupos municipales de la oposición. Las y los ciudadanos pueden intervenir al final, en ruegos y preguntas. Hasta ahí todo perfecto. Suena bien, a música celestial. Pero hay algunos “peros” que nos llevan a cuestionar si esto es realmente así, o es un instrumento más para vehiculizar los intereses políticos, y solamente eso, de los partidos que se supone nos representan y están llamados a fomentar nuestra participación.

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El otro día participamos en un pleno de nuestro municipio, Getxo. El primer “pero” es su duración. Casi cinco horas por la tarde… Asistir en su integridad implica un compromiso ciertamente titánico…

Por otro lado, la bancada de los grupos municipales es mayor que la de la ciudadanía. Lo que nos lleva a pensar… ¿somos meros espectadores, o por contra estamos llamados a hacer valer nuestra participación?

Centrándonos en los temas sociales, en este pleno en concreto surgieron varios, que pusieron de manifiesto que nuestro municipio no es una arcadia feliz en medio del marasmo de la crisis que aún colea sino que, por el contrario, padece un sangrante delirio de injusticias sociales para las que, según vimos en el pleno, no parece haber consenso en torno a su soluciones… Así, Bildu, en representación de la Asociación Mujeres con Voz y otras plataformas de inmigrantes presentó una moción solicitando más viviendas de acogida a personas y familias con un servicio social integral. Rosa de la Fuente de la asociación Sendia, en ruegos y preguntas solicitó insistentemente respuestas ante las necesidades de una familia recientemente desahuciada. Hubo respuestas sí, pero no soluciones. Al menos no se dieron en el pleno.

Salieron a relucir otros temas, como la falta de recursos de las brigadas municipales, el del personal de limpieza de la empresa subcontratada, … Pocas soluciones, poca predisposición al diálogo, y sí mucho rifirrafe más propio de un matrimonio mal avenido que de unos grupos políticos llamados a eso, a hacer política para su ciudadanía.

Sin embargo, tendremos que romper una lanza. Porque al final, en el transcurso de la moción comentada presentada a través de Bildu, la intervención de Mujeres con Voz a través de Miriam fue de una sensiblidad tal que llamó la atención de los grupos. Parece que por fin, también son ciudadanos y ciudadanas, algo se mueve también en ls plenos, aunque sea muy muy muy despacio.

Y tú, ¿participas?

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