Parece lo mismo, pero no lo es. Personas emprendedoras son ambas. Las dos se arriesgan, las dos emprenden, las dos pretenden obtener beneficios. Sin embargo, la persona que emprende con el objetivo de cubrir una necesidad social de su entorno, persigue en pequeña o gran medida influir en el desarrollo social de su comunidad, de su entorno. El inicio y desarrollo de su actividad empresarial está impregnado de sensibilidad, de responsabilidad, de compromiso social.
¿Por qué la terminología “emprendimiento social”?
Tal vez suene novedosa, pero su contenido cuenta con una larga tradición dentro de la economía social. Ejemplo bien conocido son las empresas de inserción laboral. En Euskadi contamos con Emaus, REAS (Red de Economía solidaria), … entre otros.
¿Es una moda?
No, no es una moda, es una necesidad. La situación actual nos ha obligado a poner el acento sobre la sostenibilidad económica, sobre colectivos desfavorecidos en riesgo de exclusión social, en la búsqueda de soluciones creativas a problemas y necesidades sociales “reales”.
¿La responsabilidad social corporativa de la empresa es parte del emprendimiento social?
No.
El emprendimiento social es otra forma de hacer negocios. La financiación, la estructura, la comunicación, el producto/servicio tienen un enfoque 100% social. Es la columna vertebral de la organización empresarial. En ningún caso es “un mero barniz”.