La Ley 11/2007, de Acceso Electrónico de los Ciudadanos a los Servicios Públicos, hizo propio el dicho aquel que dice “hecha la ley, hecha la trampa”. Y es que las administraciones autonómicas y locales encontraron en su articulado el colchón perfecto para escaquearse de las obligaciones que esta Ley imponía a los organismos públicos:
“ …los derechos reconocidos en el artículo 6 de la presente ley podrán ser ejercidos en relación con la totalidad de los procedimientos y actuaciones de su competencia a partir del 31 de diciembre de 2009 siempre que lo permitan sus disponibilidades presupuestarias”
Han pasado los años, y como bien ha comentado últimamente Alberto Ortiz de Zárate, se han gastado millones de euros en implementar la e-administración, y los resultados están siendo muy poco alentadores.
Aún y todo, la Ley de Economía Sostenible añadió un nuevo punto, el 5, a la disposición final tercera de la Ley 11/2007, señalando que las Comunidades Autónomas y las Entidades integradas en la Administración Local en las que no puedan ser ejercidos a partir del 31 de diciembre de 2009 los derechos reconocidos en el artículo 6 de la presente Ley, en relación con la totalidad de los procedimientos y actuaciones de su competencia, deberán aprobar y hacer públicos los programas y calendarios de trabajo precisos para ello, atendiendo a las respectivas previsiones presupuestarias, con mención particularizada de las fases en las que los diversos derechos serán exigibles por los ciudadanos..
La realidad es que, a septiembre del 2013, todavía hay administraciones, y no pequeñas, que no tienen montado ni el trámite electrónico genérico que tanto juego podría dar. ¿Puede ser tal vez porque el famoso punto 5 sigue haciendo mención a esa frase tan jugosa “previsiones presupuestarias”.
¿Hasta cuándo vamos a seguir con esta escasa altura de miras para no ser capaces de ser peronas innovadores también en la financiación pública, y arbitrar así mecanismos para lanzar de una vez por todas los servicios públicos electrónicos sin miedo a lo que hay al otro lado?