El Presidente del Gobierno nos ha avanzado el proyecto de reforma de la administración pública, con 217 medidas aprobadas el viernes 21 de junio en Consejo de Ministros.
Como todo, y sin haber entrado en el detalle de todas estas medidas, entendemos que habrá reflexiones razonables, y otras no tanto. Pero nos quedamos con la referencia a la necesidad de una implantación real de la administración electrónica, como sugerencia más frecuente de las formuladas a la Presidencia por parte de la ciudadanía.
La pregunta del millón, que nos hacemos muchos, es si nuestras administraciones (AGE, CCAA, Ayuntamientos) estarán algún día preparadas para ofrecer a la sociedad una administración electrónica REAL. Porque ejemplos de que esto aún no es así, tenemos a puñados. Y así se resaltó igualmente en la jornada “Reflexiones sobre administración electrónica” organizada en el mes de mayo por el Grupo de Derecho y Nuevas Tecnologías del Ilustre Colegio de Abogados de Bizkaia, donde uno de los ponentes dijo claramente que “la administración será electrónica, o no habrá administración”.
Todos por tanto, administración y administrados/as, somos conscientes de la urgencia y necesidad de este nuevo modelo de hacer administración, tanto por razones productivas como de crecimiento y desarrollo. La cuestión es cómo sortear la coyuntura difusa de este momento, para poder arbitrar estrategias creativas que permitan difundir y comunicar lo que ya hay (que es mucho), para que se use y se haga bien.
En este punto, no resultaría descabellado pensar en agrupaciones como eCivis u otras similares que ya corretean por la piel de toro, para desarrollar acciones de difusión y sensibilización, tal vez menos pomposas, pero a buen seguro igual de eficaces para este fin de conseguir que la administración electrónica sea una realidad en nuestra sociedad, y no sólo en el mundo de los ceros y los unos.