¿Disponibilidad o utilidad?


El pasado verano, diferentes administraciones públicas del Estado resultaron galardonada por Naciones Unidas en el marco de la convocatoria 22012-United Nations Public Service Awards”. En concreto, el Ministerio de Hacienda y Administraciones Públicas, el Departamento de Vivienda, Obras Públicas y Transportes de Gobierno Vasco, la Diputación de Barcelona y el Ayuntamiento de Bilbao. Para más información, pulsa aquí.

Hay que destacar el reconocimiento internacional a los esfuerzos por impulsar la administración electrónica con el fin de dotar a la ciudadanía de unos servicios públicos electrónicos. Este reconocimiento no es nuevo, puesto que con anterioridad, la Unión Europea ya había ensalzado el alto grado de disponibilidad de los servicios públicos electrónicos del Estado, y no sólo en el ámbito de la administración central.

Dicho esto, nos encontramos sin embargo con la paradoja de que la ciudadanía del Estado queda a la cola europea en lo que se refiere al acceso electrónico a tales servicios. ¿Por qué? Tenemos un amplio escaparate de servicios públicos electrónicos, pero no los utilizamos. Y la importante inversión de recursos realizada por nuestras administraciones queda en desuso y sin rentabilizarse.

Ante esta situación caben muchas preguntas:

  • ¿Está realmente preparada nuestra ciudadanía para estos nuevos sistemas?
  • ¿Estos servicios electrónicos funcionan realmente, o por el contrario son meros escaparates sin atención real en el backoffice?
  • ¿Son realmente útiles o hacen aún más farragosa la relación de la ciudadanía con la administración?
  • ¿La organización interna de nuestras administraciones está preparada para este nuevo esquema de relación?
  • Y la ciudadanía, ¿está preparada? ¿confía en este nuevo sistema?

Una reflexión más pausada daría lugar a más preguntas, y a buen seguro a sus respuestas. Pero lo que queda claro es que no podemos dejar pasar esta oportunidad, sobre todo en esta coyuntura que nos ha tocado. Y máxime cuando la Unión Europea pretende utilizar la administración electrónica como tractor de un nuevo mercado digital que sea competitivo, y que permita dar lugar a un nuevo modelo de relación más dinámico en el entramado productivo europeo.

Tendrán que ser las mismas administraciones las que pongan en valor estos servicios públicos, contando para ello con la participación y empuje de la ciudadanía. En esta labor, las administraciones locales tienen un importante papel que desempeñar.

A ver cómo lo hacemos…

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